Desde la Universidad Nacional de La Plata, nos planteamos como uno de nuestros objetivos fundamentales impulsar la producción de ciencia y tecnología para contribuir al desarrollo y a la soberanía nacional. Con este rumbo bien claro, llegamos a uno de los hitos máximos en esta construcción: se lanzó un satélite argentino con el sello de la UNLP.
En un contexto tan complejo como el que estamos atravesando, la universidad orientó gran parte de sus esfuerzos y recursos físicos y humanos a acompañar la lucha contra la pandemia. Entendemos que hoy esa es la mayor urgencia de toda la comunidad: reforzar el sistema de salud para preservar el bienestar de todos.
No obstante, nuestro sistema científico y tecnológico continúa creciendo y dándonos buenas noticias: el satélite SAOCOM 1B, en el que expertos de nuestra UNLP participaron de su diseño, análisis y control, se lanzó al espacio el pasado 30 de agosto.
Para su desarrollo, un equipo del Grupo de Ensayos Mecánicos y Aplicados (GEMA) de la Facultad de Ingeniería se ocupó de construir modelos de la antena y realizar una gran cantidad de análisis y simulaciones a través de softwares específicos de control térmico. Entre ellos, ingenieros especialistas, técnicos y pasantes de la carrera Ingeniería Aeroespacial, en instalaciones del laboratorio IABG de Alemania, en dependencias de la CONAE en Córdoba y en la sede de INVAP en Bariloche.
Se trata del segundo satélite nacional con tecnología de radar que partió desde la mítica estación espacial de Cabo Cañaveral. Su puesta en órbita será de utilidad para, por ejemplo, medir la humedad de los suelos y alertar sobre potenciales inundaciones, entre otros servicios.
Al igual que otros proyectos recientes de la UNLP, como el desarrollo del nanosatélite CUBESAT o la fabricación de un escudo para la protección de satélites contra la radiación, esta producción significa un aporte fundamental para la construcción de soberanía nacional. No solo por sus importantes logros en materia aeroespacial, sino también porque permite agregar tecnología de altísima calidad a los procesos productivos, tanto agrícolas como industriales.
En definitiva, el SAOCOM 1B, que tanto nos llena de orgullo, va a aportar herramientas y conocimientos claves para el crecimiento post-pandemia, el cual desde la universidad pública estaremos apoyando e impulsando con más producción de ciencia y tecnología.
