BALANCE DE UNA GESTIÓN: OBJETIVOS CUMPLIDOS Y DESAFÍOS A FUTURO 

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Durante los últimos cuatro años en los que tuve el honor de presidir la Universidad Nacional de La Plata, todos nuestros esfuerzos estuvieron enfocados en dos grandes ejes. El primero de ellos fue cumplir las metas planteadas en nuestro modelo de universidad pública e inclusiva; y el segundo fue mucho más complejo e inesperado y tuvo que ver con la disposición de todos nuestros recursos humanos, físicos y científico-tecnológicos en la atención de la pandemia. 

En cuanto al primer objetivo, nos propusimos proyectar una universidad como herramienta fundamental no solo para enseñar, investigar y hacer extensión, sino además como productora de soluciones con sentido social. Así, buscamos generar respuestas a las demandas más urgentes de nuestra ciudadanía, en particular de los sectores más postergados, y articular con todos los niveles del Estado para contribuir en la planificación e implementación de políticas públicas que atiendan estas problemáticas y garanticen los derechos humanos esenciales.

Para esto, pusimos en marcha la Planta de Alimentos Para la Integración Social (PAIS) que nos convierte en la primera universidad del país en contar con una planta de procesamiento de vegetales deshidratados y un laboratorio de control de calidad de materias primas, insumo final y efluentes. Esta iniciativa modelo permite contribuir con la disminución de la inseguridad alimentaria mediante platos de comida sanos, nutritivos y sabrosos. 

Además, impulsamos el programa Solución Habitacional de Emergencia (SHE) a través del cual la UNLP diseña y elabora viviendas de madera, sustentables, de bajo costo y fácil instalación, que garantizan un techo digno, con sanitarios completos, cocina y provisión de agua caliente mediante energía solar. De esta forma, desde nuestro Centro de Capacitación,Transferencia de Tecnología, Producción y Servicios de la Madera podemos ofrecer soluciones al déficit habitacional, insuficiencias estructurales, problemas de hacinamiento y situaciones de emergencia que requieran evacuación y reubicación de personas. 

En cuanto a la situación global, la humanidad hoy enfrenta una emergencia ambiental que debemos atender de forma prioritaria; por eso, desde la universidad pública nos enfocamos en generar respuestas científicas y tecnológicas que contribuyan con el desarrollo sostenible y la construcción de un futuro posible. Con este eje estratégico definido en la política científica de la UNLP, hoy somos actores protagónicos de un proyecto de vanguardia en materia de energías limpias y cuidado ambiental en nuestro país: la creación de la primera Planta Nacional de Desarrollo Tecnológico de Celdas y Baterías de Litio,impulsada de forma conjunta junto al CONICET y la empresa tecnológica con participación del Estado YPF-Tecnológica (Y-TEC). 

Esta Planta, desarrollada en el ex predio de la Autoridad del Agua (ADA), tiene el destino de inspirar a la inversión pública y privada para agregarle valor a un insumo que hoy se perfila como un pilar del desarrollo nacional.  Además, en este mismo predio, la universidad se encuentra desarrollando un Centro de investigación, desarrollo, producción pública y certificación de vacunas con una capacidad para 52 millones de vacunas por año.

Desde la UNLP, pensamos la universidad como una herramienta para la transformación de nuestro país y para el desarrollo de sus habitantes, por eso también es nuestro compromiso, nuestra responsabilidad y nuestra obligación acercar la educación pública de calidad a cada vez más personas generando una verdadera fábrica de oportunidades. Con esta convicción, seguimos impulsando el crecimiento de la Escuela de Oficios y una intensa agenda en materia de bienestar estudiantil para acompañar a nuestros estudiantes desde el día que ingresan a nuestras facultades hasta su graduación. 

En cuanto al segundo eje, la pandemia nos encontró en medio de este proceso con objetivos de gran dimensión y trascendencia que no limitaron ni redujeron el enorme aporte que realizamos desde la universidad pública para enfrentar este fenómeno inusitado en el mundo. Gracias al esfuerzo de toda la comunidad universitaria, pudimos dar respuestas concretas y contribuir con los organismos del Estado en la atención de esta emergencia sanitaria sin precedentes. 

Además de garantizar la continuidad del calendario académico mediante el desarrollo en tiempo récord de plataformas virtuales y la provisión de PCs a quienes no contaban con esta tecnología, dispusimos todos nuestros recursos para enfrentar junto a la comunidad esta difícil situación: nuestros investigadores diseñaron muestras para el diagnóstico de COVID-19, esterilizadores de aire, camas para hospitales e, incluso, dieron inicio al desarrollo de una vacuna 100% nacional.

Miles voluntarios se inscribieron para ayudar a los vecinos realizando controles médicos, repartiendo bolsones de comida, alcohol, lavandina o jabón líquido que produce la propia universidad; así como pusimos a disposición del sistema sanitario nuestros espacios físicos para contribuir con la atención de personas y el Plan de Vacunación.

Haciendo un recuento de todos estos avances e inmensos logros, solo me que da agradecer a la comunidad universitaria de la UNLP por el enorme empuje para llevarlos adelante, a la comunidad platense y de la región que nos apoya incondicionalmente, y a todos aquellos que a lo largo de la historia lucharon y continúan luchando por la universidad pública, abierta, popular, inclusiva y de calidad. Nos queda mucho por delante y, por este camino, continuaremos andando. 

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